Uno de los dirigentes de la asociación de productores reclamó que hay que trabajar en el manejo del agua, entre otras estrategias, con el fin de cambiar el estado de las rutas, en las cuales “se vive poniendo parches”. Ya el año pasado los dirigentes del agro habían reclamado por el estado de las carreteras 321, 327 y 302, en una ocasión, y de las 324, 329 y 334 en otra, en registros fotográficos que mostraban las dificultades que se generaban para transportar y sacar la producción. Eso era en los tiempos del plan “Prelluvia”, que se lleva a cabo para mejorar las condiciones de las carreteras. Ahora, cuando se espera que pase la temporada de lluvias, se ve la efectividad de lo que se hizo. “Por más que se arreglen las rutas, cuando hay lluvias los caminos seguirán siendo canalizadores de los excesos hídricos”, dijo, y puso el ejemplo de las labores realizadas en el tramo Gobernador Piedrabuena-Las Cejas. “Se acomodó con ripio el camino, pero las aguas volvieron a romper todo”, apuntó.
A fines del año pasado, los productores reclamaban que las rutas 324, 329 y 334 del sur de la provincia estaban en “abandono total” desde hace, por lo menos, diez años. “Tucumán está sufriendo una regresión única en el mundo. Somos el único país donde pasamos del asfalto al ripio y a la tierra”, dijo el presidente de Apronor. Mencionó que la 329, que va desde Concepción hasta Monteagudo, y la 334, que corre desde Taco Ralo hasta La Cocha, son corredores productivos por los que se transportan zarzamoras y berries, citrus, caña, granos y ganadería caprina. En la 329, en la que ya desapareció casi todo el pavimento, hay un problema judicial desde hace diez años entre el Gobierno y una empresa que estaba a cargo de su reparación. Los vecinos y los productores no tienen más remedio que circular casi a paso de hombre y incluso así sufren daños en sus vehículos. Algunos cañeros “andan acomodando ellos los caminos para poder sacar la caña”, pero no se puede reparar las rutas de este modo, sino que hacen falta respuestas integrales. “Hay proyectos que definen trabajos para controlar el agua. Pero necesariamente estos requieren una articulación del Estado con el sector productivo a fin de que se hagan las obras que urgen, como lagunas de laminación y curva de nivel” sostuvo. Convendría, en este sentido, analizar la forma de instrumentar un proyecto de fondo y que ponga solución duradera al drama que soportan cada vez que tienen que extraer sus cosechas, así como los problemas cotidianos e los vecinos de esas zonas.